Los relatos sobre caníbales siempre han fascinado a Occidente. Pero dichas historias estaban situadas afuera, protagonizadas por el otro, por el bárbaro. Se leían morbosamente para quedar con la tranquilidad de quien observa algo que lo atrae, pero de lo que se quiere convencer que no hace parte. De un lado, el hombre de letras; del otro, el salvaje sin tabúes. Los relatos de Sebastián Camelo no dan espacio a esta complacencia. Basados en historias reales, sus protagonistas ya no se ubican en tierras incógnitas, sino en la médula de nuestras urbes contemporáneas para recordarnos que el mal se encuentra en el corazón de la condición humana.