"El coaching contiene la esencia del liderazgo adecuado para esta era". Muchos expertos del tema del liderazgo y la gerencia coinciden en que el coaching es el modelo de gestión y de liderazgo que mejor se adapta a las demandas del siglo XXI.Liderazgo implica esencialmente tres cosas: interpretar el tiempo en el que se ejerce (incluyendo las fuerzas particulares involucradas en el entorno), tomar el pulso de las dinámicas organizacionales internas y definir el tipo de liderazgo (incluyendo la estrategia) que se necesita para ser exitoso ante las dos anteriores. En un mundo signado por la complejidad, las situaciones impredecibles, los constantes cambios y la velocidad con que éstos ocurren, las organizaciones requieren de un estilo de liderazgo que vaya con los tiempos, y sea capaz de adaptarse, contextualizarse y dar una respuesta efectiva a los retos de este entorno. En ese contexto, se hace cada vez más difícil que una sola persona, por muy competente que ésta sea, cargue con el peso de la dirección y la toma de decisiones. Se hace necesario, entonces, la participación activa y protagónica de todos los miembros del sistema organizacional para la gestión efectiva. En esta circunstancia, el coaching se convierte en una herramienta y modelo capaz de desarrollar a los miembros de la organización en protagonistas responsables y comprometidos en el logro del propósito y los objetivos de la organización. El coaching contribuye a catalizar la mejora en el desempeño y el desarrollo del potencial de todos los miembros de la organización. El éxito de la transformación en las empresas e instituciones está relacionado con la capacidad del líder de contribuir al desarrollo del liderazgo y el potencial de las personas. Es en este contexto que el coaching es valioso para apoyar y facilitar el desarrollo personal de los individuos, generar aprendizajes transformadores y coadyuvar al mejoramiento del desempeño. El coaching se convierte así en un modelo de gestión que facilita el empoderamiento y la habilitación de las personas.Sin embargo, desde nuestra experiencia como formadores en coaching, a través de los programas de certificación que venimos realizando desde el año 2004, y en el ejercicio como coaches profesionales, hemos observado, al interactuar en diversas esferas ejecutivas y gerenciales, especialmente al inicio de nuestros programas de desarrollo de liderazgo ejecutivo, que el coaching no es bien comprendido, y en parte lo inferimos debido a que pocos son capa